Visitar Marruecos.
Un beso bajo la lluvia.
Ver una aurora boreal.
Escribir un libro.
Ver una película en un autocine.
Apuntarme a clases de danza oriental.
Un verano en Italia.
Coger el coche e irme de viaje, sin destino fijo.
Hacer todas las recetas de un libro de cocina.
Montar a caballo.
Dar la vuelta al mundo.
Pasar una noche viendo las estrellas.
Desayunar un café y un croissant frente a Tiffany's en Nueva York.
Aprender lenguaje de signos.
Ir a clases de cocina.
Aprender a hablar bien francés.
Aprender italiano.
Y también árabe.
Pasear bajo la lluvia sin paraguas.
Nadar con delfines.
Hacer submarinismo.
Perderme unos días por las Islas Cíes.
Encontrar mi sitio.
Tirarme por una tirolina.
Ir a The Cavern, en Liverpool.
Subirme al London Eye.
Tener una casa en el árbol.
Ir a un festival de música.
Un fin de semana sin tecnología.
Hacer voluntariado.
Añadir más objetivos a esta lista y, por supuesto, cumplirlos.
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